viernes, 27 de enero de 2012

La casa de los espíritus.



A continuación, tras haber leído el libro de la casa delos espíritus, de Isabel Allende, y habiendo visto la película que se hizo de este libro, por Bille August, puedo comparar varias cosas respecto a las dos.
Bajo mi punto de vista, hay muchísimas diferencias en la película respecto al libro, que es la creación primera y original..  Son normales algunas modificaciones, ya que nunca es lo mismo que en la novela, no pueden adaptarlo todo, pero hay varias cosas que alguien que no se halla leído el libro, puede que le dejen un poco confusa. Creo que hay que estar muy atento y no perder el hilo, sobretodo si no has leído el libro, porque cambia muy rápidamente de escenas, no hay ningún narrador externo a los personajes que guíe un poco la historia, y hay muchas cosas que el director o el guionista da por hecho que sabemos. Va a un ritmo muy rápido y se salta muchos detalles, que algunos, para mí son importantes. Estas son las diferencias que he encontrado respecto a libro:
En la película, hay ausencia de personajes, como Las hermanas Mora, Jaime, Nicolás, Amanda o Miguel., han considerado que eran secundarios a la historia y se han centrado más en la historia principal.  Así que tampoco aparece el romance de Alba con Miguel.. No aparece ‘la mesa de las tres patas’ tan nombrada en el libro y tan importante para los ‘conjuros’ de Clara. Tampoco está el tío Marcos ni Barrabás, el perro, con los que comienza la historia.
Confunde o intercambia algunos de os nombres, los de la gente de la aldea: Pedro II con Pedro III, por ejemplo. Rosa no es tan guapa ni tan angelical como la presenta Isabel en el libro, ni tiene el pelo verde. Otra gran diferencia, sucede cuando Esteban García acude a casa de los Trueba y pasa un rato, con ansias de matar a Blanca, cuando en realidad, en el libro sucede con Alba. A demás Esteban, es nieto, no hijo de Esteban Trueba., , y mucho más tarde de lo que pasa en la película. El Conde francés, en el libro aparece durante mucho tiempo, y en la película no tanto, no trasciende tanto su presencia. Por otro lado, en el libro, Esteban Trueba, corta tres dedos a Pedro III y en la película simplemente corre tras él. Blanca, en la película, Y al final, cuando estalla el golpe de estado, esta parte la alargan mucho y dan muchos detalles, que en el libro no están..
En general, hay muchas escenas que han eliminado, como la aparición y muerte de Barrabás, los momentos de Blanca con su madre, la visita del tío Marcos, el día de Alba en la universidad, donde permaneció allí con sus compañeros…
Es difícil de seguir y de captarlo todo, ya que en el libro, al final, Alba aparecía ya mayor, y no como una niña que se limita a ver lo que pasa a su alrededor, tenía un papel más importante, y en la película, es su madre la que representa todo esto. Y por último la época en la que la ambientan, la de la película parece mucho más antigua que en la que en realidad sucedió, la que indica el libro.
En mi opinión, la película, como es evidente, es peor que el libro. Estoy de a cuerdo en que una película jamás va a ser igual que un libro, pero es que en esta ocasión, muchas cosas han sido diferentes porque el director ha querido. Cosas que ha puesto y ha cambiado a su antojo, o quizá no haya entendido de la película. Omite cosas realmente importantes, y cambia los nombres y os papeles de los personajes por completo. El argumento es el mismo al fin y al cabo pero no tendrá la misma visión un lector que un espectador de esta obra. Quizá se vea muy diferente también porque Isabel Allende escribió su libro a su manera, pensando unas cosas determinadas y personales, y el creador de la película no puede llegar hasta esos sentimientos y pensamientos de la autora, con lo cual, hay cosas que no se transmiten, o se hace de distinto modo. Aunque la película no sólo tiene cosas malas, a mí me gusta ver a los personajes interpretando los papeles, y oír las palabras transmitidas por personas, es más emocionante. Pero cambia por completo la forma idealizada que tienes sobre ellos.
Esteban Trueba me sigue sin gustar nada, hace cosas que critica y él mismo también las hace, cosas injustificables y aun así Clara le perdona, al igual que su hija, quién sabe que lo que su padre ha hecho está mal, pero acaba por no tenerle rencor y aprende a quererlo. Por otro lado, me gusta mucho el personaje de Pedro III porque es revolucionario y luchador por lo que ve que está mal y lo que debe cambiar. Y aunque al principio no, con el trascurso del argumento, también me gusta Clara, me gusta su forma de ver y de vivir la vida, yo también creo que hay que la vida es cada instante, cada persona buena con la que estamos, y que cuando llegue nuestro momento, llegará. También me gusta escribir ‘cuadernos de la vida’ para poder ver en un futuro, como dice ella, lo bueno y lo malo de nuestra historia.

Dar a Luz.

Me acuerdo de aquella vez, sí, vino una joven amiga mía, y me contó que había tenido una gran discusión con su madre, que tenía unos ahorros y que había estado pensando en irse de su casa. La disputa entre ellas había sido un cúmulo de cosas que explotaron porque cada una decidía hacer las cosas a su manera, y siempre acababan discutiendo. Lo malo es que su madre se sentía realmente mal después de que esto sucediera, y mi amiga, con todo su orgullo no se arrepentía de la mínima cosa y jamás daba la razón a su madre. Entonces me preguntó qué era lo que debía hacer, que ella estaba muy convencida y con muchas ganas de irse, ¿debía irse de su casa y dejar de aguantar las réplicas y broncas diarias de su madre? Yo le dije que no, que creía que su madre tan sólo quería ayudarla, porque ella era muy joven y había cosas que no sabía. Ella me puso mala cara, y yo aproveché y le conté una historia que quizás pudo ayudarla:


‘Se llamaba Luz, tenía nueve años. Dormía en la litera de arriba en el segundo piso, guardaba en su armario compartido a penas seis prendas de vestir, se dormía cuando quería, no recibía lecciones morales de la vida ni regalos por navidad y a la semana nunca repetía la misma comida. Tampoco tenía a nadie que le ordenara ni que le corrigiera en su forma de hablar, de limpiar, ni de hacer ninguna cosa, únicamente se dedicaban a mantenerla. Un día, estaba Luz intentando hacer su cama, con un nuevo edredón que habían traído, pero tras varios intentos, le fue imposible, sentía impotencia y estaba realmente triste. De repente, apareció una de las mujeres que vivía con ellas, y lo único que hizo fue reírse, apartarla de un gran empujón, hacer la cama ella, a su manera, sin mostrar ningún interés en ayudarla, la miró y le dijo: ‘menos mal que no te ha tenido que aguantar nadie, y si lo ha hecho no me extraña que se hallan desecho pronto de ti’ y se fue. Luz tenía una cara de terror inimitable, porque aunque no le pillaba de sorpresa, aquellas palabras, y todos los desprecios constantes que hacían aquellas mujeres hacia ella y hacia todas las demás, dolían más que un gran puñal en el corazón. Siempre era igual, en la comida, en la limpieza… se limitaban a ridiculizar y a infravalorar a la gente. Luz vivía en un hospicio. Tras el paso de los años, al cumplir los once, se preguntó si el resto del mundo también era así, y si se portaban todos igual de mal con los niños como se portaban con ella. Así que decidió escaparse de aquel lugar e ir a visitar algunos lugares donde había niños y niñas. Empezó por el colegio, donde vio que todas las madres y todos los padres esperaban ansiosos la salida de sus hijos para llevarlos al parque y darles la merienda, luego, a través de las ventanas observaba cómo arropaban y mimaban a los niños, y hablaban entre ellos. Y aunque a veces discutían, ella no lo percibía porque no veía aquello como una disputa. Veía cómo les compraban regalos, chuches, les ayudaban a hacer los deberes y acudían en su ayuda cuando ellos lloraban y estaban mal. Fue entonces, observando desde una ventana, cuando se sintió una verdadera desgraciada, no entendía por qué el mundo la había tratado así. Y en ese instante, el niño que miraba Luz desde la ventana, puso una cara de rabia contra su madre, y empezó a subir el tono de ambos, mientras él salía de la casa, y se sentaba en las escaleras de fuera. Entonces, Luz, fue y le preguntó qué le pasaba. Y él que era de edad parecida a ella, le dijo que era su madre, que era idiota, que la odiaba, porque no le dejaba ir el sábado a dormir a casa de su amigo. Le contó que habían estado discutiendo e insultándose, y que no la quería ni ver. Él le preguntó de dónde era a ella, ya que no le sonaba de verla. Entonces los ojos de Luz se llenaron de lágrimas y no pudo evitar reprocharle al chico lo egoísta e injusto que estaba siendo, le dijo que no entendía cómo los niños con unos padres que les querían y que daban todo por ellos, cuando les traían un regalo, lo despreciaban, cuando les llevaban al colegio, ellos no querían ir, y protestaban, cuando les llevaban a fiestas de cumpleaños y a sitios ellos no les dedicaban ni un solo beso, cuando ven a su madre por la calle, se avergüenzan de ella, cuando van a verlos después del trabajo, ellos les cierran la puerta de la habitación, o simplemente cuando les pedían algo, o consideraban que había algo importante para ellas, ellos lo ignoraban… Y aun así, día a día todas las madres que había visto seguían dándolo todo por ellos, desde el momento en el que nace su hijo hasta el último instante, no se rinden nunca. Entonces él, avergonzado, comenzó a llorar también, de la emoción que le  causaron aquellas palabras, e impactado, enseguida supo de dónde procedía Luz. Ella jamás supo nada de su padre ni se su madre, sólo que ella murió en el parto. Jamás había visto su cara ni había tenido oportunidad de intercambiar una sola palabra con ella. Su madre también dio la vida por ella, y por eso seguía luchando. Entonces el chico entró a casa con ella y dio un fuerte abrazo a su madre, no se podía separar de ella. Fue entonces cuando valoró todas las pequeñas cosas que ella le daba, el arroparle por las noches, ver la televisión con ella, pagarle todo lo que tenía, ayudarle, apoyarle, consolarle… Todos se consternaron con la historia y vida de Luz, y decidieron adoptarla. Pensaron que aunque fuera difícil pero merecía la pena intentarlo porque Luz era alguien con ganas de vivir y que a demás sabría valorar los regalos de la vida que muy pocos saben apreciar. Respecto a Luz, al saberlo, su cara se iluminó, fue mágico, era una niña con mucha fuerza, con mucha ‘Luz’ para poder iluminarlo todo en su camino. Lo consiguieron y ella se lo agradeció eternamente, pudo saber lo que era una familia de verdad. ‘Gracias por darnos ‘a Luz’  dijeron el chico y sus hermanos, será una buenísima hija, se lo merece.


Mi amiga, consternada, me miró sorprendida, habiendo aprendido en tan poco rato esos pequeños grandes valores de la vida, en este caso, los de una madre. Aquellos que no apreciamos porque los damos por hecho y nunca hemos sido privados de ellos. Fue genial su sonrisa, y cómo volvió a casa con su madre, feliz  y dispuesta a demostrarle lo agradecida que estaba y mucho que la quería.
Y yo, también me fui feliz, de poder haberle enseñado esas cosas tan valiosas de la vida, y que muy pocos saben apreciar, hasta que las pierden, o se ven en situación de perderlas, en este caso, le quería transmitir la importancia del cariño de una madre, cómo se portan siempre con nosotros, y lo importantes que somos para ellas, las cosas que nos dan… Es decir, todo. Estoy contenta de haberle enseñado aquello.

Comentario de texto: Consejos de don amor: Exemplo del Pintor Pitas Payas

*Localización
Este fragmento forma parte de ‘El libro del buen amor’  una obra complicada y llena de incógnitas, así como su autor, ya que lo que sabemos de él es la misma información que nos da en el libro, con su firma de ‘Arcipreste de Hita’ pero no sabemos con certeza si en realidad lo es o no. Pero en cualquier caso, sabemos que era un hombre de gran riqueza cultural, preocupado por la religión e intentándonosla enseñar, aunque también proporciona partes de humor.
Su obra es una mezcla de varias cosas, varios temas como sus amores y las historias de éstos con una especie de ‘moralejas’, con intención de enseñarnos lo que nos ocurrirá si hacemos lo que hizo él.
Esta obra procede del siglo XIV.
Respecto al género, la obra, aunque también nos podemos encontrar algunos pasajes y algunas partes pertenecientes al género lírico, la obra en general pertenece a la narrativa, ya que se cuentan unos hechos a través de un narrador. La primera parte, es decir, el prólogo, está en narrativo en pros, y el resto de la obra, las historias amorosas y el diálogo con Don Amor, en narrativa en verso. Y dentro de este género lo podríamos ubicar en el subgénero de exemplos, porque coincide con la descripción del contenido de esta obra: cuenta historietas que nos enseñan una moraleja.
Este fragmento del libro del Buen Amor, correspondería pues a la parte de ‘historias amorosas’ porque nos habla de una historieta de amor entre tres personas.

*Temas
En general, los temas que trata esta obra serían los amorosos, los satíricos y los religiosos. La obra tiene dos grandes caracteres, por un lado intenta transmitirnos e inculcarnos la religiosidad de una manera seria, y por otra, nos muestra un lado lúdico, divertido, e incluso profano. Lo cual es unas clara contradicción de ideas. Pero en concreto, en este fragmento, es precisamente lo que hace, primero, nos hace ver que la mujer debería permanecer con el hombre y serle fiel, y luego, conforme avanza el argumento, la disculpa diciendo que es demasiado tiempo y no es posible que la mujer permanezca sin serle infiel.
Este fragmento podríamos resumirlo, diciendo que trata una historia entre una pareja. El hombre debe irse y volverá dentro de dos años, eso es lo que le dice a la mujer. Así que decide dibujarle una especie de ‘corderito’ debajo del ombligo, para así, cuando vuelva, asegurarse de que ella no ha mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio. Y ella, al principio lo respeta, pero más tarde, acaba siéndole infiel, y le pide a su amante que le reconstruya el dibujo que su marido hizo, y éste, en vez del corderito del principio, lo que le dibuja es una ternero con una cornamenta considerable. Y al volver el marido, le preguntó qué significaba eso, y ella le explicó algo así como que quién se va y abandona algo ya sabe que corre el riesgo de perderlo, así que la próxima vez se asegure de estar con ella.
Este fragmento podríamos dividirlo en tres partes, en dos generales, pero en tres más en profundidad. La primera parte estaría en la primera estrofa, donde habla de la mujer, la critica y recuerda cuáles, según el autor, son sus funciones. Después la segunda parte sería el resto del fragmento, donde se dedica a contar la historia entre la pareja y el amante, y una tercera parte, podría ser el final, serían las dos últimas estrofas, donde nos hay una enseñanza y ella se justifica ante su marido y le advierte para próximas ocasiones. Es uno de los consejos, no es una historia de buen amor en 1º persona.
*Enseñanza
La enseñanza que el arcipreste transmite en este fragmento, sería que no debemos creer que algo, porque un día fuera nuestro, lo va a ser siempre, no si lo descuidamos, En este caso, pone a la chica como algo que el marido quiere conservar.
No es una enseñanza moral porque lo que más bien nos está inculcando aquí el Arcipreste, es una enseñanza práctica para la vida. Nos está queriendo decir que aprovechemos, en este caso a la chica, porque si no vendrá otro y nos la quitará.
En este fragmento, lo que hace no es despreciar al amor, sino todo lo contrario. Intenta decirnos que aprovechemos las cosas buenas de la vida y las oportunidades, que lo que nos haga disfrutar, como el amor, que no nos abstengamos.
Y respecto al carácter lúdico y divertido, se puede relacionar con la propia historieta que cuenta el Arcipreste, que resulta humorístico el dibujo que le crea el amante a la mujer, por ejemplo, y la sorpresa que se lleva el marido al oír la explicación de ella.


*Manifiesto de la mentalidad medieval
También se manifiesta la mentalidad típica medieval, en el momento que el marido le pide a ella que no le sea infiel, sabiendo que él lo va a ser con ella seguro, al irse tanto tiempo, y ella, sin réplica, sigue su relación con él y no reprocha. Pero por otro lado, no creo que ella le pudiera dar la contestación que le dio y la justificación de por qué llevaba aquel carnero dibujado. Pues él no lo habría consentido y ella simplemente, no se habría atrevido a dar tales explicaciones.
*Relación con el Mester de Clerecía
Podríamos incluir este fragmente en el Mester de Clerecía perfectamente, porque los autores se asemejan, son hombres entregados a la fe y relacionados con Dios, en unos los Clérigos y en el otro el Arcipreste, que son semejantes. Respecto al tema no, porque en este fragmento, lo que se pretende no es educar al pueblo en la fe cristina, sino que aprovechen y disfruten la vida y sus cosas buenas. Y respecto a la métrica ya es semejante, pues los versos no miden más o menos lo mismo, uno son irregular, el tipo de rima es parecido también…. Pero en el género, sí coincidirían, ya que serían las dos narrativas en prosa, en la mayoría de las dos obras. Y para terminar, la intención  es didáctica en los dos.